martes, 30 de octubre de 2007

Sueños


Si la vida fuese como en la pelicula Matrix.


Mato al qliao que me desconecto.




sábado, 27 de octubre de 2007

NO soy domingo, y menos martes...


Al momento antes de presentármelo, me advirtieron que el loco era un cabrón, que había que casi evitar su mirada directa a los ojos, porque podías convertirte en sal o algo por el estilo. El era casi el único real (Eng. Pron.: "rial") hacker en Chile. Y si le caías mal, podías integrar su lista negra, y si pasaba eso era mejor pegarse un tiro y tratar de nacer de nuevo, ya que de él no hay salvación. Con esas advertencias antes de conocer a algún weon, cualquiera se pone un poco nervioso. El encuentro era un tarreo de Warcraft III con asado incluido. Una wea más ñoña que la chucha, sin minas ni nada pa enloquecer. Es como una junta del Opus Dei, pero sin los maricones. Y ahí llegaba yo, con mi tarro y pantalla CRT de 21 pulgadas bajo el brazo, tratando de ubicarme en un mar de cables y ser buena onda con cuanto qliao se me acercaba.

Lo primero fue el asado, (no hay nada peor que jugar con hambre) y ahí estaba él, parado como un perro esperando que se caiga una presa del asador. Lunes; un tipo en ese entonces de unos 28 años de un metro 60 de estatura, con unos respetables 180 kilos. Rubio, casi albino. Si lo analizamos de manera caricaturesca, podría decirse que era una gran teta blanca y brillante. Lo salude. No paso nada, me observo con cierta timidez, comenzo el tarreo. Lunes, le digo así, porque es el nombre con que me lo presentaron. Por lo general en el mundo de los ciberñoños no se conocen nombres, solo nicknames. Y Lunes es el mentor de los ciberñoños. Con el tiempo las juntas se hicieron más seguidas, tallarinatas con tarreo, sushiton con tarreo, asados con tarreo, etc. Cualquier ser humano hubiese subido unos 20 kilos. Y el famoso y temerario Lunes, es en realidad un tipo más bien simple. Toda su vida detrás de un teclado tiene su mundo en su escritorio. Con sus 180 kilos su vida no puede ser muy ágil, tampoco muy sociable. Un pequeño número de esbirros o admiradores son su nexo entre el ciberespacio y la realidad.
Su sedentarismo llega a tal punto, que en su escritorio en un cajón de archivos hay una freidora llena de un aceite anejo, en otro cajón hay un plato con su respectivo cubierto y un pequeño frezzer donde hay bolsas de masas pre fritas. Desde sopaipillas a papas. Todas esperando algún bajón de hambre de media noche. Ya que para este tipo de personas el día y la noche son irrelevantes. El único tiempo que vale es el de Internet. Y a media noche hasta sus papas duermen como para alimentarlo.

Continuará.... algún día.

lunes, 22 de octubre de 2007

Jajajajajajaajajajajaj!!!!!




Quién no se ha reído en el momento menos oportuno? A veces nos reímos de nerviosos, de estresados, de mongólicos, de un peo atravesado que esta por salir en un ascensor y entre la desgracia y la vergüenza nos reímos como entregándonos al hecho mismo.

Bueno, soy de esos que se ríen en los momentos menos oportunos. Me he reído en funerales, en misas, frente a discursos importantes, etc, etc. Ahora no me río de nervios y menos de aweonao. Por lo general me imagino situaciones muy chistosas y lo peor de todo me da por comentarlas y creo una cadena de risas, es como una piedra en el agua hasta que la onda llega a una roca, que por lo general es una vieja amargada o un weon mojigato, pero ni siquiera eso me hace dejar de cagarme de la risa.

Por que les cuento esto, por que el otro día me encontré en la calle con un ex compañero de universidad, en pleno Apoquindo a la salida de una panadería. Conversábamos del pasado hasta que de pronto aparece un mongolito de unos 40 años vestido como wally (vean en google “buscando wally”) pero como de 140 kilos y un metro 60 de altura. La verdad que parecía un mono porfiado vestido por Jean Paul Gaultier. (lo acepto, soy un conchadesumadre) , Este personaje se acerca a nosotros y entre un castellano de un niño de 2 años mas una ola de baba le mete un super 8 a la fuerza a mi amigo en la oreja. El un poco incomodo me dice “ te presento a mi hermano mayor… Les juro por lo mas sagrado, que trate de ser lo mas educado o POLITE o como chucha quieran llamarlo. Le di la mano y me dejo la mano llena de chocolate con baba y moco. El estaba super serio e incómodo, wea que no importo una raja a mi tentación de risa, que salio a lucir con el típico sonido de aguante. Una risa nasal, acompañada de un estremecimiento abdominal. En otras palabras me cague de la risa.

Al ver que me reí le dio un ataque de histeria a “Corky” y empezó a patear con fuerza el basurero de la panadería y de paso a su hermano. El cual me miro con un fastidio nunca antes visto desde aquel profesor de castellano que molestaba por ser cojo en primero medio. Y me dice “ Puta weon vos no cambiay, seguis siendo muy desubicado”. Y se fue, tratando de llevarse al hermano, como una vieja saca a pasear un Mastin Napolitano.

Así fue que ME di cuenta aquel día, que este era un karma más en mi peculiar existencia.

jueves, 11 de octubre de 2007

Quo vadis domini


Un día lo escuche hablando con mis papás. El lloraba amargamente. Mis padres trataban de consolarlo. Después de más de 75 años dedicados a la fé , él tenía temor a la muerte. Es lógico pensar que alguien con esa cantidad de años tenga miedo a morir. La revelación, fue que después de que mi madre le dijese algo alentador, él responde: “no tengo miedo a la muerte en sí. Sino a lo que sigue. Tengo miedo a haber perdido toda mi vida en algo que no existe”. Mis viejos guardaron silencio.

Nunca me he confesado, a las iglesias entro por su arte y por actos sociales.