jueves, 13 de diciembre de 2007

Ché!!!!chichi, lelele...


Es difícil ser chileno. No lo digo solo por el Transantiago o las decisiones de la presidenta, sino lo digo por el hecho mismo de ser lo que no elegimos ser.


A mí me gusta mi país, sobre todo cuando no veo a la gente. Pero analizando me doy cuenta que nos cuesta asumir lo que somos. Nos cuesta colocarnos el gentilicio de chilenos. Lo asumimos cuando la situación lo provoca y lo hacemos bien, pero solo en algunas ocasiones. No sé bien que será, pero al ver a la gente de otras naciones me queda claro que no nos gusta.


Ejemplifico: Si uno va a países como Argentina, Brasil, Uruguay, etc. Se ve gente en cualquier periodo del año usando con cierta holgura las insignias de su nación, es decir poleras, banderines, polerones, stickers, chapitas, y una gran variedad de artículos patrióticos. De hecho hay un mercado económico muy interesante tanto para el consumo local y el turístico. Pero en Chile a parte de las poleras de los chocopanderos (la unica que tienen tiene que ser de futbol) y los bikinis de las minas del Mega, nadie usa nuestros colores patrios con naturalidad. La polera de Chile es menos usada que un traje de novia, y no hay artículos que digan, por ejemplo: “No solo soy perfecto, soy chileno”.

Hay más chilenos usando la polera de la selección argentina de futbol que la de la selección nacional en las calles. El numero 10 de Maradona está presente en muchos closets de distinto tipo de gente. Mientras que acá el uso de los colores patrios es de gente más popular. Difícilmente vemos un pendejo cuico con una polera de la selección chilena en un Pub o disco, pero si he visto a muchos con las de Inglaterra, Holanda, argentina, incluso Sudáfrica e Irlanda.


Además cuántas casas no lucen con orgullo algún mate de calabaza que dice "recuerdo de mendoza" o un plato que dice "Tango en Buenos Aires".


Y en el futbol la gran mayoría por no decir todos los himnos y cantos de las barras bravas son argentinos, adaptaciones mínimas de los de Boca juniors o de River, incluso cantados con el mismo sonsonete pegadizo, solo el “seachei” nos identifica para cuando la situación lo amerita entre los cánticos trasandinos.


Qué nos pasa? Serán los colores difíciles de combinar con zapatillas?, será que el ají de los mexicanos se llama como nuestro país, haciéndonos sentir parientes de un fruto picante? Será que no somos buenos en el futbol y nos da verguenza? Será esta vieja que nos trata de gobernar que tambien nos averguenza a nivel internacional?...


...O simplemente que el jardín del vecino siempre es más verde que el nuestro??.


martes, 11 de diciembre de 2007

Wild On in Chili

No basta solo la vida para aplastarte o que Dios sea un niño con un circo de hormigas llamado tierra, sino que somos nosotros mismos los que nos cerramos las posibilidades y buscamos el fin de todo.

Hasta que punto podemos buscar el exterminio de manera inconsciente. Si bien tenemos la posibilidad de elegir siempre optamos por el camino erróneo. Carreras, parejas, vidas, doctores, amistades, dietas, políticos, el ron mitjans, leer el LUN y las religiones. Al final siempre cometemos algún error que nos lleva al fracaso a corto, mediano o largo plazo.

Uno de los errores más grandes que hemos cometido los chilenos a corto plazo, fue tener a esta vieja de presidenta. No solo nos está matando con el Transantiago y las aglomeraciones torturadoras para recorrer la ciudad, ni con sus comités inútiles formados por otras viejas y viejos ignorantes para dar soluciones a problemas de primera necesidad de todo Chile, sino que no sabe lo que hace ni donde esta parada. Los ministros están dejándola de lado y cada vez tiene menos aceptación de su propio conglomerado. Y sus asesores... Parecen los mismos que hacen los guiones de los Simpsons!!!!!

Pero ella, como si nada la tocara, esta disfrutando como cerdo en el barro literalmente hablando, de su suerte y de que seamos ciegos y weones.






Acá la vemos saludando con cara de chancho teniendo un orgasmo al coño de Antonio Banderas con su Munra. Perdiendo el tiempo y recursos valiosos de todos los chilenos. Mientras ella se saca fotos y sale en la prensa como una fan. Escena llena de Morbo, digna de una película de Almodovar.


sábado, 1 de diciembre de 2007

Control


Era 1972 y en aquel entonces vivíamos en un departamento en plena Avenida Bulnes. Yo de apenas 4 meses solo causaba molestias básicas; dormir, comer y cagar. Wea que hago hasta hoy, pero con algunas cosas más, no muchas, pero más.


Ya en esa época los departamentos de ese sector eran antiguos y tenían problemas de cañerías y específicamente los baños pasaban malos. Y encontrar un gasfíter en plena Unidad Popular era como ganarse el Kino. Los individuos que en aquel entonces ostentaban el titulo honoris causa de gasfíter o maestro chasquilla se creían verdaderos premios nóveles. Y pillar a uno que estuviese dispuesto a obtener dinero por medio de trabajo era como encontrar hoy un billete de 500 pesos. Ya que el estado les regalaba todo por solo ir a gritar a la calle en algunas instancias específicas.


Después de semanas con los baños malos mi padre a través de contactos de amigos y colegas en su trabajo, logro dar con un maestro que hacía “pitutos”. Y así apareció Benítez “el evangelista”. Un hombre enjuto de unos 40 años que antes de ir a ver el trabajo nos había dejado plantados en 2 ocasiones por según él estar en fiestas religiosas, de ahí el apodo ganado en mi casa como el Evangelista. Al llegar se presento como el especialista en la materia, con una prestancia digna de un cirujano cardiovascular, examino los problemas de los baños los trato de diagnosticar con términos que no están en ningún libro especializado en la materia, por ejemplo que “El condurto simbiótico, que genera la corriente del guatel debe estar obchuido a caursa der paper julero” y otras weas así.


Mi madre que no era una mujer de mucha paciencia, solo asentía la cabeza sin escuchar lo que le decía el tipo. Ella quería simplemente que el agua dejara de correr una vez tirada la cadena.


Al rato de verbalizar incoherencias Benítez dio un presupuesto similar a la compra del wáter de Marilyn Monroe. Pero el problema no era el dinero en aquel entonces, como no había nada para comprar en ningún lado, la plata sobraba.
-Haga el trabajo, dijo mi madre.


A la hora mi madre se percato que no se escuchaban ruidos metálicos, ni chuchadas del maestro. Y fue a ver qué pasaba. En el baño Benítez no estaba, En la cocina estará, pensó mi mamá, pero tampoco estaba ahí. Qué extraño? dijo ella, habrá salido a comprar algo? Caminando por el pasillo se percata que en la pieza de mi hermano tendido sobre la cama estaba Benítez durmiendo con la cara tapada con un Condorito.


-Arriba Maestro!!!!!! , grito mi madre. -Esta no es la Biblioteca Nacional para que venga a cultivarse. Aquí vino a hacer un trabajo. - Y de un sobresalto Benítez se saca la revista del rostro y le responde “ Chis, esta es la hora en que el pueblo duerme la siesta, vaya a ver tele nomás, más rato si tengo ganas sigo con la pega” Mi madre sin decirle nada se fue al dormitorio. Benítez continuó su descanso. A todo esto mi hermano mayor se encontraba en el colegio y mi padre trabajando. Solo estaba mi madre y yo, que macho y todo no la podía defender ya que me tenían en un corral.


A los 2 minutos vuelve mi mamá a la habitación – Mire maestro se lo digo por última vez. Levántese y termine el trabajo. Él le responde, señora va hacer que me enoje y ponerme violento. De pronto se escucho el característico sonido de una bala entrando a la recamara de un arma. Era ella, con una pistola Walther calibre 9mm de propiedad de mi padre. El hombre lentamente se da vuelta y la ve apuntándole con el arma. – Escúcheme, le dice mi madre, si en 1 hora no está listo todo el trabajo te vuelo la cabeza, entendido. “Acá ustedes dirán que la señora exageraba. Créanme que no fue la primera ni la última vez que mi madre saco un arma para solucionar un problema”. El hombre se levanto según ella para atacarla y de un certero tiro mato a Juanito, el único peluche que le quedaba de la infancia a mi hermano el cual estallo desde una repisa. Mientras el pobre ciudadano estaba de guata en el suelo, mi vieja le dice, la otra es en su cabeza.


Benítez tenía terminado el trabajo en 30 minutos. Los baños funcionaban como nuevos y el lavaplatos de la cocina impecable. Claro que mi madre durante todo ese tiempo lo vigilaba de cerca.


Al rato llega mi padre preguntando si había venido el maestro. Y mi madre le dice desde el baño – Si querido estamos acá, ven- Al llegar mi padre ve la siguiente situación: Benítez arrodillado llorando dentro de la ducha y a mi madre leyendo una novela sentada en una silla desde la puerta del baño con la pistola en la mano. – Qué cresta paso? le dice mi padre. – Tengo todo bajo control dice ella, haz el favor de pagarle por su trabajo, después hablamos. Mi madre le pasa la pistola a mi papá y ella se fue a ver si me había hecho caca o algo por el estilo.